El Administrador de Fincas pertenece a una profesión que se encarga de la administración de bienes ajenos, la labor de administrar podrá ser de fincas rústicas o urbanas, siendo ésta última una propiedad horizontal o vertical.
Naturalmente, el hecho de poseer el título de Administrador de Fincas no otorga el conocimiento preciso para ejercer la profesión, pero el Administrador de Fincas tiene un respaldo institucional, del que podrán beneficiarse sus clientes.
Horizontal
Tal vez, lo que más conocemos del Administrador de Fincas sea la administracion de fincas urbanas divididas horizontalmente, más comúnmente llamadas Comunidades de Propietarios .
Resumiendo, es un profesional que se dedica a administrar las fincas divididas que se comprenden de más de un dueño, donde cada finca particular tiene su propietario, y éste a su vez es condueño de los elementos y servicios que existen en la Comunidad, como son el ascensor, la escalera, la portería, la antena parabólica, etc.
Es quien planifica los gastos, que tienen que aprobar en la Junta de propietarios, cuida de la conservación y mantenimiento de la finca, efectúa los acuerdos de la Junta y actúa de Secretario, guardando las documentaciones de la Comunidad (en el supuesto, más que recomendado de que sea nombrado Administrador Secretario).
Es un profesional al que los propietarios dan toda su confianza, para que cuide y proteja los elementos y servicios comunes, pero no alguien, que nada más que hace los recibos.
Bueno, pues ya tenemos una ligera idea, de lo que es y hace un profesional, cuyas metas no tienen una gran audiencia ni publicidad, pero que, día a día procura el mayor beneficio posible a sus administrados.
Vertical
El Administrador, gestiona el patrimonio de un solo propietario, que tiene varias fincas arrendadas. También le da asesoramiento sobre los contratos y demás asuntos relacionados a la vivienda.
El propietario, no tiene contacto directo con el inquilino, y cualquier problemática que surge en la finca, debe ser solucionado por el Administrador.
Es un profesional, en el que el propietario tiene toda su confianza, para que cuide y proteja sus fincas y no alguien, que sencillamente sólo cobre el alquiler.