La llegada del enrollador de genoa, fue en su día de gran ayuda para los navegantes con pocos tripulantes. No es cuestionable su utilidad, por lo que no hablaremos más de ello. Pero tendremos en cuenta una serie de precaución y limitación en su uso. Además de comprobar el buen funcionamiento del enrollador, lo primero será que nos aseguremos de que el cabo y el mecanismo de enrollado, son lo bastante robustos como para evitar un desenrollado accidental del genoa. Si con 30 nudos de viento, navegando con el genoa enrollado a la mitad, este se soltara y si no se puede enrollar de nuevo por la rotura del cabo o por fallo del tambor, nos veremos en un serio problema.

La segunda precaución es que se arríe correctamente el genoa. Si en la situación anterior quisiéramos arriar la vela y esta hará más de un año que está izada, a lo peor decide quedarse ahí, flameando violentamente en el estay. Por lo tanto, debemos revisar estos puntos periódicamente.(Clic aquí)

La limitación del enrollador, viene dada por la poca capacidad que da el barco de ceñir con un buen ángulo, cuando empezamos a enrollar la vela a la que aumenta la intensidad el viento. Un genoa enrollado en un 30-40 % queda bastante embolsado, sin un buen borde de ataque que nos deje apurar el ángulo de ceñida. Para conseguirlo, debemos tener en el barco un foque o un genoa 3 que nos dejará ceñir 10 grados más a la que el viento sube y nos es necesario ganar un determinado barlovento.

De todas formas, siguen diciendo algunos navegantes que prescinden de los enrolladores, alabando las excelencias de las velas de garruchos. Su utilización no corresponde a ningún mecanismo, y cuando se arrían no podrán caerse al agua pues se encuentran aferradas en el estay. Incluso veleros de la clase 60 pies Open han utilizado estas velas en la pasada Vendee Globe, en detrimento de los enrolladores.

Los mas masoquistas, los que van detrás del rendimiento puro, prescinden de toda comodidad y usaveleron velas de regata encarriladas en un estay de doble garganta. Consecuencia: maniobras más contínuas y complicadas, y ante todo cambios de velas insufribles.