El riego por aspersión está muy usado en jardinería por muchas ventajas, pero sobre todo porque existen sistemas apoyados en la teoría de la aspersión, que son los remedios de riego en jardines de pequeña superficie.
En superficies para jardines de más de mil metros cuadrados, con proyecto técnico adecuado, continúan siendo validas las necesidades de cada jardín. En las aplicaciones a los céspedes, hoy en día es necesaria la colocación de aspersores y por lógica la inversión en depósito, bombas impulsoras, tuberías de agua, programadores con reloj, etc.
Debemos tener cuidado con los árboles y arbustos. Para los árboles puede que sea insuficiente el tiempo de riego que dedicamos al césped y para los arbustos, el daño a las hojas delicadas y en las flores, el daño supera a las ventajas.
Lo más recomendable es un riego localizado, combinado con una aspersión en lugares abiertos de césped, todo esto te lo pueden solucionar en pensilandia puesto que son unos expertos en la materia.
En las superficies reducidas se aconseja usar, si no se quieren colocar tuberías fijas subterráneas, la manguera con un aspersor correcto en el extremo. En este caso debemos tener en cuenta: que el agua de la red posea suficiente presión, que los lugares en donde se deja la manguera-aspersor no dañe las flores, que el tiempo de regado sea el correcto y por tanto no dejar en marcha el aspersor y despreocuparnos de él. En cuanto a los árboles, se deben regar con manguera llenando bien los alcorques, que deben cumplir bien con la zona del árbol donde están las raíces de más importancia.