Cuando la persona que está al frente de una pequeña o mediana empresa, generalmente solo se queda en una pequeña parte del problema, como suele ser la estética de sus escaparates y el aspecto interior del establecimiento, pero existen muchos otros factores que determinarán el buen funcionamiento del negocio.
Son imprescindibles para atraer los potenciales clientes, la situación, los rótulos, la fachada y la disposición de la entrada y una vez dentro la estética, la atmosfera ambiental, los itinerarios, el mobiliario y como no el producto y su colocación. Todos ellos son los que tenemos que cuidar para atraer a nuestros clientes, pues todos unidos deben transmitir los valores y sensaciones, con los que el empresario o la marca quieren que se les identifique.
Esto esta pensado sobre todo a negocios ya establecidos, pero no debemos dejar de hacer mención el emplazamiento, como requisito importantísimo para el buen fin de cualquier negocio. De él dependerá y bastante el éxito o fracaso. Hay un dicho popular que dice: “por donde pasa gente hay negocio seguro” o “local bien ubicado negocio asegurado”.
La primera visión que nos atrae de un local es en su exterior, la fachada, que junto con la entrada, escaparates y rotulos, forman el punto de contacto con los paseantes y clientes. Es donde se produce la primera impresión del cliente y donde puede iniciar su atracción y una posible futura decisión de compra, por eso se deben tener en cuenta los efectos visuales tanto desde lejos como desde cerca.
Las fachadas, bien si son antiguas como modernas influyen sobre el negocio; y no siempre podrán modificarse en locales a pie de calle. Es bueno ser originales pero sin perjudicar el entorno. La elección de los materiales y colores es de por si bastante difícil, por lo que la fachada tendrá que desarrollar iguales principios estéticos y medios usados para el diseño del interior
La iluminación de la fachada no tiene nada que ver con la del escaparate, tiene que ser independiente y su misión es realzar el diseño o la arquitectura de la fachada y alumbrar su entorno, no el escaparate.
En el invierno o días con muchas nubes, una buena iluminación va a conseguir que nuestro negocio sea un punto de atracción durante el tiempo de apertura del establecimiento y es conveniente programarla, para que permanezca funcionando junto con la del escaparate, hasta pasadas unas horas del cierre. Esto permite, que la gente que regresa a casa desde el trabajo o que pasea fuera del horario comercial o en días festivos, en que el establecimiento tenga cerrado pueda visualizar la oferta del comercio.
Está demostrado, que la luz es un fuerte reclamo para atraer la atención del cliente (se dice que a las personas les provoca curiosidad y les atrae la luz, lo mismo que a los insectos).
Fuente: http://www.rotulowcost.es/blog/precios-de-rotulos-barcelona/