La función, la posición y la estrategia del psicólogo del deporte son parecidas a las del coach en una empresa. Lo mismo que el coach, el psicólogo del deporte carece de autoridad institucional sobre sus clientes, pero no entiende y no tiene experiencia de la actividad deportiva, pero posee la ventaja de sus conocimientos psicológicos y una perspectiva exterior que, en muchos casos, le permiten ver mejor la realidad. No es de extrañar, que muchos psicólogos del deporte triunfen haciendo coaching en las empresas, aunque pasen de la etiqueta de psicólogo a la de coach.
Ahora, no es momento de discutir qué etiqueta es mejor. Lo que tenemos claro, es que coaching y coach se han implantado en el ámbito de la empresa y otras organizaciones (no en el caso del deporte, quizá porque se asocia con el entrenador) y no es cuestión de ir contra corriente, la importancia de un profesional que se quiera dedicar a este campo, no es la etiqueta, sino el contenido que la misma representa. Y el contenido del coaching es el conocimiento psicológico. En todo lo escrito y cursos de coaching, aunque se refieran a aspectos diferentes, se habla de psicologia. Las técnicas que usa el coaching, son psicológicas y han sido desarrolladas en distintos ámbitos de la Psicología aplicada (aunque en casos, se la denomine de otro modo). Realmente, aunque se acentúan más las pequeñas diferencias que las grandes coincidencias, el coaching es parecido al asesoramiento psicológico de personas y grupos que se deciden a optimizar su rendimiento. Lo es en sus objetivos, en sus procesos y en sus herramientas. Sin la psicología no existiría el coaching.
Entonces, la Psicología del Coaching incorpora todos aquellos conocimientos psicológicos que contribuyen a enriquecer el coaching y dar formación a los profesionales que, con independencia de sus estudios previos, quieran prepararse para ejercer como coaches.