Es posible que la sociedad gane con la tradición de los obsequios al fomentar, de manera única, los nexos interpersonales. Esto ocurre cada vez que la satisfacción para el donante, más el valor en su totalidad para el receptor (añadiendo el no pecuniario) pasan del costo total de adquisición.

Aunque sin dudarlo hay límites, siendo una costumbre tan antigua, generalizada y libre, posiblemente es que el efecto de los regalos en el bienestar social, sea muy positivo. Siendo así, pensando en el positivismo en http://regalosoriginales.regalazoo.com encontraremos esos detalles, que no alterarán nuestra economía.

El abundante gasto en regalos de navidad, aunque a primera vista sin eficiencia, es compatible con una subida del bienestar de la sociedad.

Los momentos de la Navidad, traen consigo una sustancial crecida de presupuesto en comidas, luces, adornos y, especialmente, regalos originales.
La práctica de hacer presentes, que se intensifica en Navidad, ha inquietado mucho tiempo a los economistas.

La razón es que el gasto en obsequios, con independencia de la ocasión, no parece acertado, siendo que nadie conoce mejor sus gustos que uno mismo y, en consecuencia, lo que estaría dispuesto a pagar por tales objetos, podría ser inferior al costo abonado por el donador.

En 1993, basándose de un experimento con estudiantes universitarios de Estados Unidos, el economista Joel Waldfogel estimó que, eliminando cualquier consideración afectiva, esta brecha puede colocarse entre 10 por ciento y un tercio del precio, calificándola de «pérdida por desperdicio», es decir, la sociedad aniquila esa fracción del valor de los obsequios.

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