Entre los puntos más esenciales a tener en consideración, en el momento de elegir la corbata que vamos a vestir el resto del día, es fijarnos en las solapas de la chaqueta del traje escogido. Si somos de constitución gruesa semeja lógico que tanto nuestras solapas como nuestras corbatas prosigan esa línea. Del mismo modo, carecería de sentido para los que somos delgados, decantarnos por chaquetas de solapas anchas y corbatas de 9,5cm. Esto acentuaría nuestra delgadez. Una vez más: la conveniente proporción de nuestra ropa con respecto a nuestro físico, es en buena medida la responsable del éxito o bien del descalabro del desenlace final.
Cuando en itmen se habla de corbatas de calidad, no se puede parar de nombrar a las seven-fold-ties. En estas, todas y cada una de las partes de la corbata incluyendo la entretela son de seda. Del mismo modo, la manera de elaborarlas difiere en una parte de las corbatas estándar. Doblando siete veces un pedazo cuadrado de seda, se puede llegar a lograr una corbata que está más cerca de una pieza de arte que de una corbata.
Podríamos rellenar múltiples páginas, procurando establecer cuando tenemos anudada una corbata de calidad y cuando no, más sólo el tacto nos va a dar la respuesta final.
Hay una creencia extendida en la moda masculina, de que es el tejido de la corbata es el que da volumen al nudo. Esto no es siempre así y en toda circunstancia adecuado. Si nos agrada una tela para nuestra corbata y debido a su textura consideramos que no lograremos un buen nudo, no nos debemos preocupar; va a bastar con escoger un forro de algodón determinado para lograr el efecto final buscado.
El contrincante primordial de las corbatas son las manchas. A todos nos puede suceder que a lo largo de una comida se nos caiga una gota de aceite. De manera segura, en cualquier tintorería van a ser capaces de quitarnos la mancha, pues prácticamente seguro que la corbata ya no va a ser exactamente la misma. Los productos químicos que se emplean y las planchas de gran potencia, van a hacer que la textura de estas ya no sea de nuevo la misma; y eso por no hablar de qué manera van a quedar de aplastados los laterales de esta.
La mejor manera de preservar nuestras corbatas, es guardarlas en un cajón enrolladas a fin de que no cojan forma alguna. Si no contamos con dicho cajón, un colgador de corbatas con una bolsa incorporada para protegerlas del polvo, siempre y en toda circunstancia es mejor que tenerlas de cualquier otra forma. En el momento de viajar y tener necesidad de llevar múltiples corbatas, existen eminentemente dos opciones.
Un porta-corbatas para una o bien dos corbatas o bien una caja donde poder transportar más. Existen muchas razones, por las que llevar la contraria a la enorme masa y proseguir vistiendo este elegante complemento; hagámoslo si bien sólo sea por el hecho de que es entre los complementos, en los que más se fijan las señoras. Probablemente no muchos de nosotros, hayamos escuchado del sexo femenino oraciones del tipo “te queda sencillamente perfecta esa camisa” o bien “qué traje tan bien cosido” mas con total seguridad alguna vez vamos a haber escuchado lo bonita que es nuestra corbata.
Si bien sólo sea de ahí, que la corbata prosigue teniendo un espacio reservado en nuestro guardarropa.