Por supuesto, no hay una única forma de solucionar un conflicto. Según el psicologo Andujar, varias personas adoptan un estilo competitivo, observando la circunstancia como una cuestión de “yo gano y tú pierdes” o “tú ganas y yo pierdo”. Al fin y al cabo, la iniciativa de base es que para que uno logre ganar, indudablemente el otro debe perder.
Un buen número de personas frecuenta decantarse, por lo menos en un primer momento, por esta forma de administrar el conflicto. Y esto no es al azar, ya que la interpretación que se puede llevar a cabo de esta circunstancia, es la de un ámbito de competición, donde lo que primaría sería el “sálvese quien pueda”. No en vano, nuestra formulación del ejercicio como un pulso ya lo llevaría de forma automática, por lo menos en nuestra cultura, comprendiendo que lo que nos piden es que compitamos.
Pero si te fijas bien en las premisas, de ninguna forma se sugiere de manera directa que se tenga que “combatir en duelo” siempre. De hecho, tienen la posibilidad de existir otras elecciones para solucionar este conflicto o bifurcación, a saber.
La manera de solucionar un conflicto con la ayuda del psicólogo de Andújar
Ponerse en concordancia para que, de manera opcional, los dos “combatientes” logren ir alternando el ganar el pulso y conseguir en el tiempo de los 20 minutos el mayor número de puntos por todos ellos.
Esta alternativa respondería más a un plan integrador de solucionar los conflictos, donde no se tiene presente solamente el resultado (digamos de esta forma, el reparto como tal), sino que se contemplan otros elementos (efectos a medio y largo período en la relación entre la gente implicada, secuelas para su grupo, probables colaboraciones futuras, etc.).
La circunstancia aquí planteada a la psicologa, podría entenderse como un conflicto, en la medida en que, por lo menos aparentemente, estamos con intereses encontrados entre las partes.
Situaciones como ésta, sin obligación de imaginarnos en una isla remota, nos las podemos encontrar cotidianamente: quién tiene como función tal o cual labor en el trabajo, a quién le toca sacar al perro o lavar los platos, cómo elegir adónde ir de viaje en las próximas vacaciones.
Pero además asuntos más peliagudos, entre otras cosas, cómo repartir una herencia, cómo se va a llevar a término un divorcio y la custodia de los hijos, cómo atender de parte de los hermanos a unos padres mayores, etc.