Y como no podía ser de otro modo, las redes sociales asimismo están invitadas a las bodas. Todos tienen Facebook o bien Instagram, conque ¿por qué razón no aprovecharlo? Hallamos bodas, donde se decreta el empleo de un hashtag y de este modo los invitados pueden aportar su grano de arena, con sus fotografías, comentarios y demás detalles para enriquecer la celebración de una boda. Existe aún alguna aplicación que nos ayuda a escogerlo. Los fotografos de bodas en Girona, muchos prefieren llamarlo como el documental social y que ha vivido diferentes etapas, con sus consecuentes cambios y evolución.
Cuando la fotografía de bodas parecía enquistada, repetitiva y desganada llegaron nuevas perspectivas, que han relanzado este género de fotografía y la han envuelto de inventiva y también ingenio, con nuevas dosis de influencia artística. Y, sí, asimismo la tecnología ha conseguido aportar nuevos puntos de vista y ha mejorado (en ciertos casos) el trabajo del fotógrafo frente al apogeo de la competencia, no siempre y en todo momento profesional. Nos ponemos de gala y nos marchamos de boda.
El fotografo bodas Girona: ¿ puede crear? ¿le dejan?
Siendo un género con tanta tradición y cuyo objetivo es tan claro: la captación de los instantes más esenciales en una liturgia nupcial, no semeja que deje demasiadas opciones, opciones alternativas o bien innovaciones. Al fin y al postre, lo esencial es conseguir documentar esos instantes claves de una boda, donde los novios son los protagonistas y donde hay poco margen de improvisación, puesto que todo sucede rapidísimo, el ambiente no es sencillo de supervisar y hay que estar realmente bien preparado.
Y realmente, de esta manera es. La fotografía de bodas se ha mantenido muy afín a lo largo de décadas. Si bien nos debemos remontar a los años noventa, cuando al fin, ciertos fotógrafos deciden que ya está bien de posados frontales, de desganadas poses en frente de la cámara donde los novios no siempre y en toda circunstancia salen favorecidos. Se transmite la tensión del instante, los nervios y, además de esto, son fotografías muy repetitivas. No por esta razón menos esenciales, mas sí que se pueden encarar con nuevas perspectivas.
Del posado desganado a la busca de lo espontáneo
Desde hace años, cobra mucho peso la llamada fotografía de bodas documental. Que no es otra cosa que efectuar un documental al puro estilo periodístico. Donde el fotógrafo trata de pasar inadvertido y registra la liturgia sin que ninguno de los protagonistas acabe posando y forzando sonrisas y posturas artificiales.
Esto asimismo viene potenciado por un motivo tecnológico claro: el apogeo de la fotografía digital. En la temporada del carrete un fotógrafo de bodas podía tomar trescientas-cuatrocientas fotografías más o menos (diez-quince carretes). Con la llegada de lo digital esto se dispara y ciertos fotógrafos, ahora efectúan unas 3.500 fotografías por boda.
Con ese incremento del número de imágenes, el fotógrafo se puede permitir registrar los momentos claves, los frecuentes, mas por si fuera poco muchos otros instantes, en ocasiones menos trascendentales en una liturgia o bien celebración, donde lograr captar los sentimientos que brotan a lo largo de una boda, aparte de situaciones amenas y emotivas sin precisar preparación. Lo espontáneo es lo más demandado.
Todo ello acarrea que poco a poco más fotógrafos y, lógicamente, novios que los contratan, procuren más la naturalidad. De este modo, los novios se desentienden de otro aspecto más a tener en consideración en un día tan esencial y pueden centrarse en vivir, gozar y centrarse en ese día. Ahora, el fotógrafo se transforma en un espectador privilegiado, un invitado casi invisible que se centra en documentar todo lo que pasa.
Este estilo de reportaje o bien fotoperiodístico, cada vez está tomando mayor apogeo si cabe, y actualmente es una tendencia clara en la fotografía de bodas, que asimismo se hace extensible al resto de documentales sociales: los bautizos y las comuniones (que, a propósito, se han transformado en verdaderas bodas en lo fotográfico). Aun, la espontaneidad llevada al extremo asimismo se está imponiendo, al más puro estilo de la fotografía urbana o bien fotografía de calle.