
En la búsqueda de los mejores prestamos hipotecarios, hallamos tres tipos de hipotecas basándonos en su tipo de interés:
El interés de las hipotecas variables, cambia en dependencia de la variación del euríbor. Por esta razón, si el valor de este indicador cambia, la cuota de la hipoteca se alterará así mismo en todas y cada revisión. El interés es revisado anualmente, semestralmente o bien trimestralmente. Es un producto ideal para clientes del servicio con más riesgo o bien que tengan la pretensión, de abonar su hipoteca en un plazo de tiempo inferior a los veinte años. Entre los puntos fuertes de estas hipotecas, resaltan que, si en el instante de la revisión el euríbor está en niveles bajos, los intereses de estas hipotecas se reducirán y el cliente va a pagar menos dinero en las cuotas. Las comisiones por amortizar una hipoteca variable, son más bajas que si se amortiza en una a tipo fijo. De este modo, lo máximo que pueden cobrar los bancos es un 0,25 por ciento .
Las hipotecas fijas, son los préstamos hipotecarios que más se ajustan a los clientes conservadores, que no deseen exponerse. El tipo de interés de estas hipotecas, no cambia en ninguna de las cuotas. Las hipotecas a tipo fijo, dejan que el usuario conozca desde el instante en que firma el contrato, cuánto deberá abonar durante la vida del préstamo hipotecario. No están afectadas por las modificaciones del euríbor, con lo que el cliente del servicio no deberá abonar más, si los niveles del euríbor se acrecientan. Uno de los inconvenientes de este tipo de hipotecas, es el porcentaje que el usuario deberá abonar por amortizar su préstamo, en un caso así el tipo máximo se eleva hasta el dos por ciento.
En las hipotecas mixtas, se combinan dos periodos para abonar el préstamo hipotecario. En un tramo el tipo de interés es fijo y en el otro tramo es variable. Entre sus ventajas, resaltamos que el usuario puede escoger la duración de cada plazo, en dependencia de sus intereses. A lo largo del periodo variable, igual que en las hipotecas a tipo variable, si el euríbor reduce, el cliente del servicio deberá abonar menos cantidad en sus cuotas. A lo largo del plazo fijo, siempre y en toda circunstancia va a saber cuánto dinero deberá abonar cada mes.
Para obtener los mejores préstamos hipotecarios, nos tenemos que basar en las tres modalidades principales que existen, fijo, variable y mixto
Peculiaridades de las hipotecas
-TIN. El tipo de interés nominal (TIN) es el porcentaje que cobra el banco por prestar dinero al usuario. Se refiere, a un período concreto y no incluye las comisiones, los gastos que deba abonar el usuario ni la periodicidad de pagos.
-TAE. La tasa anual equivalente (TAE) es el porcentaje que mide el costo efectivo de un préstamo o bien producto financiero a un plazo específico. La TAE incluye el TIN, los gastos bancarios y la frecuencia de los pagos.
-Comisiones. Las comisiones más frecuentes que hallamos en las hipotecas, son la comisión de apertura que hace referencia al dinero que una financiera cobra en el instante en que se formaliza un préstamo para cubrir gastos administrativos y de administración y la comisión por amortización adelantada, consistente en el cargo que la financiera cobra al usuario por adelantar todo o bien una parte del capital que debe.
-Productos vinculados. Son productos que las entidades ofrecen al cliente del servicio para concederle una hipoteca o bien a fin de que se favorezcan los mejores prestamos hipotecarios con las mejores condiciones. Los productos vinculados más habituales son un seguro para hogar o bien un seguro de vida. No son obligatorios.
-Financiación. Las entidades pueden dar una hipoteca que cubra el costo total de la residencia que el usuario desea adquirir. Esta alternativa, implica un riesgo alto de morosidad para los bancos y para los clientes del servicio, con lo que no se acostumbra a ofrecer. Generalmente, los bancos financian un ochenta por ciento del valor de tasación o bien de compra y venta de un inmueble.
-Finalidad. Los bancos ofrecen condiciones diferentes en las hipotecas de primera y segunda adquisición. Las hipotecas para una segunda residencia, ofrecen una financiación más baja, de entre cincuenta por ciento y setenta por ciento del valor de compra y venta o bien tasación. En el caso de la primera residencia la financiación se establece en el ochenta por ciento del valor de la residencia o bien tasación.