Un cambio de lugares produce dos tipos de actitudes distintas. La primera actitud viene de admitir las carencias y buscar la armonía sobre tener una insatisfacción parcial, esta escena es clásica en las parejas, que mantienen conflictos sobre la frecuencia o las variaciones dentro de la relación sexual.
La otra conlleva a sentir y a hacer sentir, el malestar de afecto que produce la percepción de no ser tenido en cuenta, dato subjetivo que comúnmente proviene de la vivencia de insatisfacción, originada en el desinterés creciente por los encuentros eróticos. Pero no nos asustemos, esto nos descubre la necesidad de una terapia de pareja, sí de los dos, para esto existen especialistas que nos podrán ayudar como http://psicologosmadrid.info/terapia-de-pareja/ gracias a su experiencia en estos temas.
En este proceso aparece el sutil, pero peligroso desplazamiento, de la conciencia compartida a la obligación de la responsabilidad en el otro.
En el apartado de la conducta sexual “la más conyugal de las conductas”, la posición es bastante complicada porque se produce en conjunto, de allí que cuando se plantean problemas, difícilmente son tan solo individuales, aún cuando tengan su origen por una dificultad vinculada a otro ámbito, como pueden ser problemas familiares, laborales, etc.
Todo problema que ocurre en el transcurso de la vida inspira una pregunta: ¿Porque me pasa esto? A mí, en este momento. O a nosotros. Esto es aplicable a otros temas de la vida cotidiana, y particularmente verdadero en el plano erótico.