Los niños disfrutan de un periodo de rápido crecimiento y desarrollo, que se considera una clara diferencia frente a la estabilidad relativizada de los adultos. No sólo son los cambios físicos asociados con la maduración, también ocurren importantes cambios sociales, cognitivos y de comportamiento mental, que tienen grandes repercusiones para la psicopatología infantil y su tratamiento.
La edad se plasma, como uno de los aspectos de importancia para tener en consideración, en lo que se cree y pronostica una conducta infantil, esto lo saben los psicologos madrid, dado que lo que puede resultar como completamente normal en una edad determinada, puede que ya no lo sea tanto en otra (pelearse, mojar la cama, miedos o actividad sexual). Las conductas de este tipo, son vistas de un modo muy diferente y tienen un pronóstico variable, según la edad del niño que las expone. De hecho, la mayor parte de los síntomas de los trastornos infantiles, son comportamientos que se adecuan, o al menos clásicos en las primeras etapas del desarrollo (hiperactividad, inquietud e incluso agresión).
En la psicología, existen estudios muy amplios sobre estas y otras conductas, aún a tan temprana edad, experiencia que disponen en consultas como http://www.red-psi.org/psicologos/madrid.php donde nos podrán ayudar en estos temas. Por ejemplo, los trabajos epidemiológicos con niños normales, nos dan que los padres informan, que una aproximación de la mitad de los niños, son inquietos, hiperactivos y distraibles; son los síntomas más característicos del trastorno de hiperactividad con déficit de atención.
La edad, también se debe tener en cuenta, a la hora de tomar la determinación de si se ha de intervenir, la elección del modelo de tratamiento y cuándo se tiene que intervenir. Esto es una tarea complicada, debido a los cambios del sistema en los patrones de comportamiento y emocional que se da en el curso del desarrollo.