Un aspecto del trabajo de los padres, que en los últimos años parece haber caído en el olvido, es el ponerles límites a los hijos. Es uno de los temas, con los que los psicólogos nos vemos muy a menudo. Los padres de hoy en día prefieren no ser tan autoritarios y más próximos a sus hijos que lo que fueron sus padres con ellos. Por eso les cuesta más imponerles normas. Temen perder la amistad con su hijo, cuando le obligan a hacer algo o cuando le niegan algo que desea.
También tiene que ver, el que su vida laboral a muchos no les permita estar tanto con sus hijos como desearan. Les da una sensación de culpabilidad y para compensar, les consienten demasiado o los miman en exceso. No desean poner límites y estropear el ambiente, si solo disponen de unas pocas horas para estar juntos. Se puede comprender, pero no es bueno, ya que provoca que los niños de hoy en día se transformen en pequeños tiranos que desconocen la frustración y no saben luchar por algo. Todo les llega dado en bandeja y se impone la ley del mínimo esfuerzo.
Los límites son algo de importancia en cada fase de la vida de un niño, incluida la pubertad y adolescencia. Se debe comenzar alrededor de los 12 meses, cuando se le enseña al pequeño, que algunos objetos no deben tocar. Como es lógico, las normas irán cambiando según la edad y de acuerdo con el estado madurativo: de un niño de 2 años no podemos esperar que obedezca, pero uno de 5 años sí. Al adolescente se le tendrá que poner límites, pero ya en forma de negociación, encontrando el entendimiento y el compromiso. Se recomienda visitar a los psicologos especialistas. La prohibición sin más en ciertas cosas tiene un efecto contradictorio: el joven se rebela y si posee un carácter temperamental, hará exactamente lo que sus padres le prohíben, como fumar, beber, llegar tarde a casa, etc. Entonces, en vez de prohibirle el alcohol, es más aconsejable hablar con él sobre lo que suele beber y poder expresar vuestra preocupación. Negociar sobre la hora de llegada a casa (entiendo que quieras salir, pero yo prefiero que el lunes estés descansado, entonces es mejor salir solo el sábado y no más tarde de las ……). Tiene edad para razonar, así que podemos hablar con él e interesarnos por su punto de vista. Esto no será que siempre tendrá la razón. Los padres tenéis que exponer vuestro punto de vista y a veces incluso convencerle.